Intervenir en las situaciones (problemas) sociales (de malestar) que viven individuos, familias, grupos, organizaciones y comunidades, asistiendo, manejando conflictos y ejerciendo mediación, participar en la formulación de las Políticas Sociales y contribuir a la ciudadanía activa mediante el empoderamiento y la garantía de los derechos sociales.
Contribuir junto con otros profesionales de la acción social a la integración social de personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades, la constitución de una sociedad cohesionada y el desarrollo de la calidad de vida y del bienestar social.
Trabajar y valorar de manera conjunta con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades sus necesidades y circunstancias.
Capacidad para planificar, implementar, revisar y evaluar la práctica del trabajo social con personas, familias, grupos, organizaciones y comunidades y con otros profesionales.
Saber apoyar a las personas para que sean capaces de manifestar las necesidades, puntos de vista y circunstancias.
Competencia para actuar en la resolución de las situaciones de riesgo con los usuarios.
Saber administrar y ser responsable, con supervisión y apoyo, de la propia práctica dentro de las organizaciones donde desarrolla su actividad profesional.
Demostrar competencia profesional en la investigación, evaluación y utilización del conocimiento actual en las mejoras prácticas del trabajo Social.
La relevancia de estas competencias dentro del mercado laboral internacional esta enmarcada por una formación homogénea y orientada a las profesiones dentro de un ambiente académico que garantizan una formación sólida, en la que fundamentos, técnicas, habilidades y aptitudes se adquieran en un marco temporal de grado, licenciaturas o master de especialización, dependiendo del plan de estudios en esta disciplina de cada país.