La necesidad de conexión permanente al móvil angustia a los jóvenes

Redacción

Según un informe de la red europea Net Children Go los jóvenes dan prioridad la comunicación personal frente a las redes sociales.

Frente a la idea habitual de que los adolescentes hacen un uso irracional y desmedido de los dispositivos móviles, el estudio Go Mobile muestra a unos adolescentes molestos por la necesidad de estar permanentemente conectados y que dan prioridad a la comunicación personal frente a las redes sociales. El estudio, en el que ha participado un grupo de investigación de la Universidad del País Vasco, ha realizado a partir de entrevistas y grupos de discusión con menores, padres y profesores, de Alemania, Bélgica, Dinamarca, España, Irlanda, Italia, Portugal, Reino Unido y Rumania.

Para bien o para mal, los dispositivos tienen el poder de reforzar las experiencias de los menores en Internet. Aunque los padres y madres y el profesorado regulen su uso por medio de normas, los niños y niñas en general valoran positivamente que estos dispositivos les permitan comunicarse con mayor facilidad, consultar información y, en general, una mayor diversidad de formas de cultivar sus intereses online.

Pero de esa misma facilidad provienen algunos inconvenientes. Por eso aunque muchos creen que son más sociables desde que tienen un smartphone, también admiten sentirse molestos por estar permanentemente disponibles para sus contactos, distraídos por las constantes notificaciones y tentados a usar las tecnologías en detrimento fuera de la red. Algunos de los entrevistados también critican que sus amigos y amigas cuando están todos “juntos" suelan enviar mensajes a otros que no están presentes. En cierto modo, tampoco son tan distintos de los adultos.

Al mismo tiempo, los jóvenes consideran que estos dispositivos móviles pueden reforzar algunos riesgos o hacer que se manifiesten de nuevas maneras. Esto puede ocurrir como consecuencia de las nuevas oportunidades para la comunicación y la creciente velocidad en las reacciones y las respuestas (antes de pensar bien las cosas). El tamaño reducido y la portabilidad de los dispositivos facilitan “las fotos estúpidas" o la grabación de incidentes “embarazosos", que pueden compartirse inmediatamente con poco esfuerzo –a veces con consecuencias negativas para las relaciones entre iguales-. Los menores también dan ejemplos de cómo la portabilidad facilita tomar el smartphone de algún amigo o amiga y suplantar su identidad para enviar mensajes insultantes desde su cuenta.

En suma, la llegada de los dispositivos móviles implica más cosas a tener en cuenta, más cosas de las que cuidarse, más cosas que gestionar. Una de las ideas más llamativas que mencionan los menores, además de quejarse del coste oculto de las aplicaciones, es la preocupación de perder estos dispositivos o ser víctimas de hurtos, ahora que se han acostumbrado a llevar con ellos elementos tan caros.

Fuente: Oficina de Comunicación de la UPV/EHU

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