Estudio mundial sobre las culturas de los jóvenes en las universidades católicas
Los alumnos de las universidades católicas, más preocupados por sus proyectos personales y profesionales que por ideales humanísticos de generosidad social, según el informe elaborado por la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC) presentado en Madrid hace unos días.
La familia, las relaciones intergeneracionales, los proyectos personales y el acceso al trabajo profesional es lo que más importa a los estudiantes de las universidades católicas de todo el mundo. Los alumnos de estos centros se muestran poco abiertos a las responsabilidades del ideal humanístico de generosidad social de las instituciones educativas que han elegido, y orientan sus estudios a obtener titulaciones y competencia profesional, pero no a movilizarse en busca de verdades y de compromisos sociales.
Estas son las conclusiones del informe "Las culturas de los jóvenes en las universidades católicas. Un estudio mundial", realizado por el Centro de Coordinación de la Investigación de la Federación Internacional de Universidades Católicas (FIUC), presentado en la Universidad Pontificia Comillas ICAI-ICADE, que acoge durante esta semana el 85 Consejo de Administración de la FIUC.
El objetivo del informe ha sido poner a disposición de los gestores de las universidades una imagen de las representaciones y valores compartidos con los que sus estudiantes dan sentido a lo que hacen en su vida universitaria. Para ello, se ha entrevistado a una muestra total de 16.588 estudiantes en 55 universidades de 34 países en cinco continentes, de los que el 64% eran mujeres. “Nosotros hemos hecho la mitad del camino, ahora las universidades tienen que hacer la segunda mitad", asegura el Secretario General de la FIUC.
Según el informe, el 77% de los estudiantes de centros católicos espera de los estudios universitarios conseguir un trabajo bien pagado, una vez obtenido el título, para lo que consideran que deben centrar sus esfuerzos en obtener un buen expediente académico; de hecho, el 53,6% solo espera esto de la universidad.
Una de las preguntas planteadas a los alumnos es por qué eligieron universidades católicas. El 83,4% dijo haber tomado la decisión por sí mismo, no por presión familiar o conveniencias forzosas, y, en la actualidad, el 87,7% se siente orgulloso de pertenecer a ellas, un porcentaje que desciende al 57,5 en Europa Occidental. Los factores que más pesan en la elección son: el prestigio académico (43,6% en Europa Occidental, 62,7% en América del Norte, 77,7% en África, 64,2% en India y 27,9% en el Asia Este); la fama de preparar buenos profesionales, el valor de sus títulos en el mercado, el buen ambiente de estudio y, en último término, su identidad católica (4,9% en Europa Occidental, 14,4% en América del Norte, 22,3% en África, 18,1% en India y 1% en Asia).
Interrogados por las tres cosas más importantes en sus vidas, llama la atención el peso que dan a sus familias (93,8% de la muestra global), seguida por el estudio (44%), la pareja (32,9%), la religión (21%) o la política (1,3%). En respuesta a otras preguntas, son mayoría los que dicen sentirse cercanos o muy cercanos a sus padres, así como los que afirman que coinciden del todo o mucho en su manera de ver las cosas. Sin embargo, comparándose con sus progenitores, se consideran menos conservadores, más individualistas e interesados por el dinero, más tolerantes y felices.
En lo que afecta a la vida universitaria, dos tercios acuden a las universidades a aprobar sus cursos, pero esquivan el resto de iniciativas que les ofrecen los centros. En Europa Occidental son todavía más los que “solo van a lo suyo". El compromiso con la responsabilidad social del saber, que las universidades de la FIUC pretenden transmitir conforme a su ideario, sería uno de los aspectos que un amplio sector de los estudiantes elude.
Los proyectos que los jóvenes dicen tener para los próximos 15 años permiten dar una idea de sus orientaciones. Priman los objetivos de encontrar un buen trabajo (62,4%), formar una familia (45,5%) y ganar mucho dinero (30,3%); mucho menores resultan el interés por trabajar para una sociedad más justa (8%) e, incluso, implicarse en política (1,5%). En opinión del Secretario General de la FIUC, “la universidad es un espacio de formación no solo de la cabeza, sino de toda la persona, del corazón, de la voluntad y de la responsabilidad. Nosotros tenemos que ayudar a los estudiantes a que se vuelvan responsables, solidarios, comprometidos desde una profesión y, a veces, más allá, con la sociedad y con el mundo donde viven. Aquí nos encontramos algunas sorpresas, no podemos decir que en todas partes la fibra social sea muy fuerte y eso es muy preocupante, no por los estudiantes sino por nuestro mundo".
Estos universitarios son optimistas: el 91% cree que tiene por delante una vida prometedora y el 86,9% confía en que podrá conseguir la mayoría de sus metas en la vida. Según la escala utilizada, un 7% tiene una autoestima alta, el 55% media alta y un 28% baja. Respecto a sus vidas, creen tener un control medio de ellas, se sienten bastante felices y satisfechos y piensan que están llenas de sentido. No obstante, su confianza en sí mismos no se extiende necesariamente a los demás y las instituciones: algo más de un tercio de los estudiantes, proporción no desdeñable, no confía en nadie (21%) o solo en personas cercanas (15%).
El individualismo se acentúa en su relación con las instituciones: confían bastante (puntuación media: 4,9 sobre 6) en las educativas; algo (3 a 4) en las religiosas, ONG, fuerzas armadas, ONU, justicia, empresarios, bancos y sindicatos; poco (2 a 3) en gobiernos, policía y administración pública, y nada (menos de 2) en políticos. A monseñor Guy-Réal Thivierge, Secretario General de FIUC, también le llama la atención el desinterés casi total por la política: “no creen en los políticos, y eso ocurre en todas partes, ¿qué significa eso? Es muy grave, estamos viviendo en sociedades en las que las jóvenes generaciones no creen en las personas que vienen elegidas por la comunidad".
Otro de los temas estudiados es su percepción del mundo en el que viven. Los estudiantes no están plena ni firmemente seguros de que hoy se viva mejor que nunca (solo es así para el 52,8% de la muestra) y, menos aún, de que esto responda a una mayor liberalización económica.
El estudio ha detectado que las respuestas de los universitarios en temas éticos no resultan coherentes. Por una parte, al preguntarles sobre la admisibilidad de determinadas infracciones, parecen ser bastante rigoristas, sobre todo las mujeres; pero cuando se les pregunta en general si la bondad o maldad de nuestras acciones depende o no de las circunstancias, la mayoría es bastante relativista.
A continuación te invitamos a conocer la oferta formativa de algunas universidades católicas españolas: Univ. Católica San Antonio de Murcia, Univ. Católica de Valencia San Vicente Mártir, Univ. Católica de Ávila y Univ. Pontificia de Comillas.
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