La universidad española comienza a recuperarse de la crisis, según el informe CYD

Redacción

Pese a los desafíos pendientes, los expertos hacen la mejor valoración del papel de la Universidad desde 2012. El informe destaca aún cuatro retos pendientes: el descenso de alumnos de grado, el desajuste entre cualificación de los graduados y mercado de trabajo, el deterioro de los indicadores de investigación y transferencia, y el posicionamiento internacional de las universidades españolas.

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La Fundación Conocimiento y Desarrollo (Fundación CYD) ha publicado la decimocuarta edición del Informe CYD sobre la contribución de las universidades españolas al desarrollo. En la presentación realizada en Madrid han participado la presidenta de la Fundación CYD, Ana Botín; el presidente de la CRUE, Roberto Fernández; el presidente de la Conferencia de Consejos Sociales, Antonio Abril; y el presidente del Comité Ejecutivo de la Fundación CYD, Javier Monzón. El evento ha sido clausurado por Pedro Duque, Ministro de Innovación, Ciencia y Universidades.

El informe muestra una percepción más positiva respecto a los aspectos principales de la Universidad en los últimos seis años, y asegura que “el sistema universitario español parece encontrarse en un momento de transición hacia una etapa en la que la reciente expansión de la economía española empiece a reflejarse en sus variables más relevantes". En este sentido, los expertos que participan en este estudio tienen una opinión más positiva en variables como: el papel de la universidad en la sociedad, la formación e inserción laboral o la transferencia de tecnología.

El ministro de Ciencia, Innovación y Universidades resaltó en la clausura los datos positivos que refleja el informe y explicó que la creación del nuevo Ministerio permitirá “mejorar la transferencia del conocimiento al tejido productivo". También explicó que uno de sus objetivos es “situar a las universidades en un lugar prioritario de la agenda política". Pedro Duque destacó, además, la importancia de este informe para testar el estado de las universidades españolas.

En su intervención, Ana Botín señaló que el informe de este año demuestra que “la Universidad española –como la sociedad y la economía- está comenzando a recuperarse del impacto que la recesión tuvo sobre sus ingresos económicos". Los datos muestran que “tenemos una Universidad que aporta valor, valores y crecimiento a la economía española. Las empresas queremos ser sus socios, porque sabemos que en ello nos va el futuro. Los empresarios queremos ser parte del cambio" y “hemos de dedicar más recursos, empleándoles de la manera más eficiente y que resulten sostenibles a lo largo del tiempo". Además, la presidenta de la Fundación CYD destacó que “necesitamos la mejor Universidad porque los valores y principios que requiere una sociedad moderna más justa, más inclusiva y más próspera requieren poder acceder a las oportunidades y la libertad que da el conocimiento"

La Fundación CYD, no obstante, subraya que pese a la mejora de muchos indicadores, “todavía estamos lejos de los resultados alcanzados antes del impacto de la crisis en la economía española en 2008" y destaca cuatro grandes retos:

1. Entender y hacer frente al descenso del número de matriculados de grado. El total de estudiantes sobrepasa ligeramente en el curso 2016-2017 los 1,3 millones (153.531 menos que en 2011-2012). Además, y por tercer ciclo consecutivo, dicho curso ha vuelto a registrar una reducción de los titulados en grado. La tasa de ocupación (matriculados sobre oferta de plaza) cae seis décimas, hasta 89,3%. Ciencias de la Salud es la que mantiene ocupaciones del 100% mientras que las que más vacantes dejan son Artes y Humanidades (15% de las plazas sin cubrir) e Ingenierías y Arquitectura (20%).

2. Enfrentar el desajuste entre la cualificación de los graduados y el nivel requerido por el mercado de trabajo. En el contexto internacional de la última década, España es el país que registra un menor porcentaje de graduados superiores ocupados en tareas de alta cualificación de los 28 que conforman la Unión Europea. El 35,6% de los contratos de trabajo firmados en el 2017 con graduados universitarios han sido para desempeñar ocupaciones de baja cualificación. En cuanto a las características principales de los ocupados en 2017, la calidad del empleo es mejor conforme mayor es el nivel educativo.

3. Impulsar la investigación y transferencia en el sistema de ciencia y tecnología y en la universidad. Desde el 2010 se ha venido produciendo una disminución en el gasto interno total en I+D con relación al PIB. España continúa teniendo una representación mayor de investigadores vinculados profesionalmente a la educación superior (46,34%) que la media de la UE.

Los escasos resultados obtenidos en investigación y transferencia, matizados por el crecimiento del número de publicaciones científicas, han generado un amplio debate sobre la reforma del sistema español de ciencia y tecnología. El Informe CYD 2017 pone de manifiesto la necesidad de aumentar la movilidad de investigadores entre las diferentes instituciones vinculadas a la investigación, fomentar la formación de investigadores y tecnólogos en el extranjero y la captación de científicos internacionales, establecer un plan de inversión plurianual en I+D+i y otorgar mayor responsabilidad o autonomía tanto a los centros como a los responsables científicos y tecnológicos.

4. Mejorar en los indicadores de investigación, transferencia y orientación internacional para progresar en el posicionamiento del sistema universitario español. La universidad española presenta en el contexto internacional una creciente competencia acentuada por la atracción de estudiantes de grado y postgrado como por la captación de recursos de la UE.

Según los resultados de U-Multirank, en el indicador de tasa de graduación de grado las universidades españolas se sitúan frecuentemente por debajo de la mediana, mostrando un rendimiento inferior al de las instituciones de educación superior (IES) europeas y mundiales. En cambio, en la tasa de graduación de máster, las universidades españolas obtienen mejores resultados. Asimismo, también obtienen unos resultados más positivos en todos los indicadores de contribución al desarrollo regional.

En lo que se refiere a los indicadores de investigación y a los de transferencia, con la excepción del indicador de formación continua, la imagen general es que el sistema universitario español se posiciona por debajo del conjunto de las IES europeas y mundiales. Finalmente y por lo que se refiere a la orientación internacional, las universidades españolas obtienen también unos resultados con un rendimiento inferior al conjunto de IES mundial y de la UE, con la excepción del indicador de movilidad de estudiantes.

La Fundación CYD propone mejorar la financiación de las universidades, así como sus marcos de organización y gobierno, para lograr una mayor agilidad y eficacia en la toma de decisiones. Este compromiso de la sociedad con la universidad debe corresponderse con el deber de los gestores y responsables académicos para llevar a cabo las reformas necesarias que permitan a la institución responder con eficiencia a los retos de futuro.

Fuente: Comunicación Fundación CYD

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